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ESTAFILOCOCO INDEPENDIENTE LIBRE INVESTIGA

Posted in ARCHIVO: EL PROYECTO SECRETO, ARCHIVO: ESTAFILOCOCO INDEPENDIENTE LIBRE INVESTIGA with tags , , , on junio 21, 2009 by estafilococo

EXPERIMENTO EN EL MONTE CÓNDOR

AFIRMAN QUE DESECHAR RECUERDOS IRRELEVANTES AYUDA A MEMORIZAR

Y que llevarse bonitos recuerdos de las vacaciones ayuda a desentenderse del Proyecto Secreto.

Por Rulp O’Peter

A todos se nos presentan todos los días muchas ocasiones en las que llegamos a maldecir por nuestra mala memoria, se trate de que no recordamos la nueva contraseña del cajero, una receta o el nombre de un viejo novio. Todos somos de Clase Media y tenemos este tipo de problemas.

Sin embargo, olvidar es también una bendición. Este domingo un grupo de investigadores norteamericanos residentes en Cayo Castor indicó en un estudio que la capacidad para insertar psicotrónicamente determinados recuerdos reduce las exigencias para el cerebro cuando éste intenta no pensar en el Proyecto Secreto.

El estudio en cuestión, que apareció publicado en Teletronía Popular, es el primero en registrar las imágenes visuales de los cerebros de las personas cuando están recibiendo mediante un sistema de tecnología alienígena recuerdos agradables de vacaciones familiares en Cabeza de Pescado, partido de Cayo Castor. Los investigadores descubrieron casi por casualidad la manera de agregar a un cerebro falsas memorias prefabricadas sin provocar tortura o dolor, así como el modo de convertir este proceso en algo rentable a nivel económico.

Los periodistas de ESTAFILOCOCO INDEPENDIENTE LIBRE INVESTIGA preguntaron por qué razón se estaban haciendo experimentos con tecnología alienígena en seres humanos en la Base Secreta del monte Cóndor, y recibieron de los investigadores norteamericanos una respuesta negativa: «¡Juramos por el Dios del Fuego del Infierno que no nos sacarán ninguna información!». Las repreguntas se hicieron esperar, y de hecho no vinieron.

1000

Funes, el memorioso, tenía un gravísimo problema: no podía olvidar. Lo recordaba todo, cada instante, como cuenta Borges en esa ficción extraordinaria. Tardaba 24 horas en recordar un día, de manera que su vida era una imposibilidad. Porque para recordar hace falta olvidar, tal cual acaba de comprobar este estudio que no da lugar a sospecha alguna, pero sí da lugar a usos comerciales de estas nuevas tecnologías, como en el caso de La Casa de los 1000 Recuerdos, cuyo aviso aquí arriba no guarda relación alguna con el tono amable de esta investigación Incisiva e Independiente.