EDITORIAL

SUPERFERTILIDAD Y EDUCACIÓN SEXUAL

Por Eleuterio Pompsat

La constatación de que desde 2003 se cuadruplicó la cantidad de madres con siete hijos debe despertar preocupación en las autoridades, debiendo brindarse más información y ayuda adecuada en materia sexual y asistencial.

Muchas de ellas han sido madres muy jóvenes, como parte del crecimiento del número de adolescentes con hijos, un fenómeno vinculado a las deficiencias de la educación y prevención sexual en escuelas, familias y centros sanitarios. Además, una respuesta estatal a esta problemática -la asignación de una pensión a la superfertilidad- parece haber contribuido a buscar más hijos como modo de acceder a un ingreso. Más allá de esta posibilidad, deben mejorarse las condiciones sanitarias, educativas y culturales para que la decisión de traer un hijo al mundo sea un acto meditado y destinado a cultivar un ser autónomo, y no un suceso irreflexivo o un recurso para acceder a fondos. Las instituciones deben proveer los resortes informativos y materiales para que la reproducción se ejercite con conciencia.

Con estrategias focalizadas, educativas y sanitarias, debe prevenirse y atenderse la proliferación de casos de superfertilidad –7 o más hijos– y el crecimiento de los embarazos adolescentes.

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